Triman AsPontes
Bueno, pues aquí va
mi crónica del Northwest Triman, una de tantas pero especial. La
historia comenzó hace muchos años pero no tiene sentido remontarse
tan lejos, solo un poco, decir que cuando me vine de Pontevedra tope
con el amigo y a la vez genio “Chatarrero” (que por cierto se
casa este finde, enhorabuena). Debido a la caña que me metía con la
moto de enduro me vi obligado a venderla para llegar a viejo y aunque
me daba la brasa todo el día para que comprara una en condiciones
nunca llegue a retomar esa locura de cortalumes pariba cortalumes
pabaixo. Así que no me quedo otra que volver a la bici de montaña,
puff!!! como me estoy liando; en definitiva esto me llevo a conocer a
los extravagantes bikers Jazafellos y entre ellos al señor Cata y al
señor Roberto Picon, cada uno tendrá su parte en la crónica. Hasta
aquí tenemos una historia.
Por esa misma época
me encontré a Ricardo de Boiro (Aforcado's team) y me dijo que
comentó que el año anterior había hecho la Maratón de Oporto,
liamos la perdiz y al final los dos machitos decidimos plantearnos el
reto de hacer ese año la maratón de Donosti. En fin, que empecé a
correr. Al principio en el parque paseando al perro, estos tiempos se
fueron alargando, después me llevaba el perro al monte a correr, en
fin que acababa yo con el y el conmigo.
Mi primera carrera
fue la de la Amaia (Brión) de hace dos años, Roberto iba a
populares y me animó a correrlas también, después corrí en
Lestrove... En una salida por carretera con Cata me rompí el
escafoides de la mano derecha, adiós Donosti... Desde ahí corrí
con Ricardo la media maratón de Pontevedra, la media de Vilagarcia,
la pedestre de Santiago... al final le fui pillando el gustillo a
esto. Me enteré que el año siguiente había la II maratón de
Coruña y decidí prepararla. Como no conocía a nadie en Santiago
volví a hablar con mi mentor Cata y como siempre que le pido algo
hizo todo lo que pudo para ayudarme (para eso valen los amigos no?).
El tema es que se entero que había un chaval que había salido una
vez con el Ultreia (de aquella yo ya estaba metido en el club) y que
le había comentado que estaba preparando la maratón también. Me
puse en contacto con el, este personaje es el incombustible culo
inquieto de Marcos Losada amigo y mentor a la vez, con el me puse a
preparar la maratón de Coruña. Hicimos la media de Coruña,
Carballiño..., el estaba metido en el club de atletismo Noitebra y
así me introduje en este mundillo del atletismo.
Resumiendo, al final
la maratón fue un éxito objetivo cumplido, Marcos y yo comentamos
de hacer año siguiente el medio ironman de Aveiro como objetivo y la
cosa fue quedando ahí, seguíamos entrenando juntos y mas historias
familiares.
Por allá por Junio
del año pasado Lucas acababa el cole y lo metí en un cursillo de
natación en Santa Isabel, pasó todo el verano, hice el ultratrail
del barbanza y otras carreras... Llego septiembre y Lucas de vuelta
al cole. Como le gusto lo de la natación quería que continuase, me
estuve informando por amigos, ya no había cursillos de natación y
me comentaron que podría aprender a nadar en el club de triatlón,
hablé con los de Arcade pero bueno... no me animaron demasiado,
hablé con Roberto y me dijo que hablara con Toño el entrenador del
Dexter, allá fui... Al final metí a Lucas en el Dexter y de paso
también me metí yo, ahí fue cuando empecé a nadar. A Lucas le
gustaba la natación, a mi no, pero llegaba a la piscina e iba
haciendo lo que podía. Como soy muy burro pues empecé a hacer
largos, al principio hacia dos largos y estaba sin aliento pero bueno
insistía en el asunto...
El estar en el
Dexter me llevo a toparme con mi ultimo mentor hasta ahora, este para
los líos de triatlón Arturo Ramos, persona sencilla y discreta
donde los haya pero las mata callando, gran suerte la mía el poder
contar con el. Hace dos meses nos fuimos al medio ironman de Ovar con
la gente de Nosportlimit (gran club por cierto, si viviera en Coruña
formaría parte de el seguro) y así me inicie en esto del triatlón,
aquella aventura acabo muy bien la verdad disfrute como un enano.
Arturo seguía insistiendo, el fue quien me animo a hacer el Triman
porque la verdad es que entre la pasta que costaba la inscripción y
la desconfianza de mi sector de natación no las tenia todas conmigo.
Entrenos aprovechando los entrenos de Lucas y apuntarme a un
bombardeo de carreras de todo tipo fue mi pobre preparación para la
prueba pero era lo que había, aun así mil problemas en casa.
Reconozco que teniendo a la pequeñaja en casa hasta a mi me daba
pereza ir a las pruebas y Bego tenia toda la razón del mundo para
protestar, pero estaba metido en vereda y aunque inseguro iba a hacer
la prueba.
Ete aquí que con
todos estos antecedentes, Arturo me viene a buscar el sábado por la
mañana para ir al Triman, montamos las bicis y para As Pontes...
Pasamos por Villalba a coger la habitación. El resto del día lo
pasamos en As Pontes inspeccionando recorrido (acojonados por el
viento que hacia), recogiendo material, tumbados en la charla técnica
y de cena con los demás osados que nos encontramos Pachin, Edu,
Piky, Eloy, Toño... Con toda esa liada al final llegamos tardísimo
al hotel.
Y llego el gran día,
nos levantamos, desayunamos sin ganas y salida disparados para As
Pontes, mi obsesión era “cagar” en condiciones es un secreto que
todos tenemos pero que no suele salir a la luz muy a menudo fuera del
circulo de corredores (jaja) pero si es verdad todos los que hacemos
deportes de resistencia tenemos la obsesión de ir recién “cagados”
a la salida, y yo no era capaz.
Una vez en la linea
de salida a organizar todo, ropa de cada sector, recambios, comida,
vaselina.. y puff me entraron las ganas, corriendo afuera de la
transición faltaban 5 minutos, me voy a una esquina tranquilo.
Vuelvo, me pongo el traje, chip crema, pulsómetro... es toda una
ceremonia la salida, y cuando acabas lo vuelves a repasar por si
falta algo, toalla, cinta, casco... Al final decidí salir sin
cacharras ni geles, solo un gel y una gominola en el cuadro.
Nos llaman a la
salida, aquello era como cuando tenias que formar filas en el cole a
la vuelta del recreo, una tontería pero muy emocionante a la vez,
sabias que aquello ya no tenia marcha atrás, estábamos metidos en
el berenjenal.
Dan la salida,
mucha calma... agua clara, veo pies moverse y puedo seguirlos, es la
primera vez que puedo hacerlo, en las dos pruebas anteriores me
resulto imposible, al doblar la primera boya me di cuenta de que iba
a acabar, iba muy cómodo, tranquilo y con gente a mi alrededor, cosa
que no me había pasado nunca. Primera vuelta sin problemas y la
segunda ya pensando en el tramo a bici que me preocupaba por las
averías mecánicas. Salgo del agua 1:27 h perfecto puesto 303,
contaba con 1:30 h.
Empieza la bici y
empiezo a adelantar puestos sin parar me siento cómodo y a pesar de
razonar que me lo debía tomar con calma, voy a saco (que raro) el
día que aprenda a dosificarme daré un gran paso al frente. Primer
control de paso, miro para abajo y … “NO LLEVO EL CHIP...”
maldición, digo me cago en la pu..., empiezo ponerme nervioso no se
si parar si seguir no hay a quien preguntar, pasa una moto en sentido
contrario, casi me tiro a su rueda, levanto el brazo, chillo... ni
caso. A la tercera moto que le hago eso me viene un Juez, le explico
la situación y me tranquiliza, no pasa nada que vaya avisando en los
pasos y listo. Así acabo el sector en bici, exprimido hasta las
orejas pero muy contento y animado.
Tramo corriendo,
empiezo lento con la esperanza de ir calentando motores poco a poco,
como todos, a medida que pasa el tiempo el calor me mata, tengo que
parar en cada avituallamiento y así es imposible coger ritmo, agua
por la cabeza, sandía y plátano, no me entra nada en el estomago,
estoy saturado de geles barritas y porquerías esto no es sano para
el cuerpo. En cuanto a la carrera ya me daba igual, todos estamos en
la misma, parece un desfile de cadáveres, asumo que esto debe ser
así y ya me da igual como acabe, quiero acabar, este sector no lo
estoy disfrutando. Cada paso por meta es una alegría muchos ánimos
de todo el mundo, escuchas voces pero no sabes quien te anima,
ambientazo...
Al pasar la linea de
meta una alegría inmensa, otro reto terminado y ni me planteo el
volver a repetirlo. Muchas gracias a Arturo por el fin de semana de
sabiduría que me dio, bueno a todos los que me acompañaron desde el
sábado y que no enumero porque seguro que me dejo a mas de uno
atrás.