sábado, 5 de enero de 2008

Luna de Miel por Cuba en bicicleta 2005/06/14





Salimos de Playa Baracoa tarde como todos los dias sobre las 9:30 h con el sol ya dando duro. Compramos agua y tomamos un zumo y un café al que nos invito el de la casa, que tenia la hija en Barcelona. Primero carretera central hasta Mariel sin demasiada novedad, no habia sombra mucho coche y calor. Ya a la entrada de Mariel vimos la termica y la mayor cementera del pais como después nos dijeron. Paramos a pie de la carretera a tomar una tortilla y un par de refrescos. De ahí a la farmacia donde Bego compro por 0,7 cuc unos antiestaminicos. Llamaba la atención un castillo en la ladera de la montaña, la rueda de atrás la teniamos pinchada pero aguantaba todo el dia la llevabamos asi mas o menos desde el dia de Playa Larga.

Desde Mariel todo autopista, un coñazo con mucho calor sin sombra pero llano. Antes de coger la autopista nos encontramos con una pareja de vascos y de canarios cuando comiamos los platanos y mangos que compramos; ellos tambien querian fruta pero no tenian peso cubano. Sin mayor novedad hasta “la Clonera” donde habia un grupo de cubanos exiliados en Miami a los que no dejaban pasar como “grupo de visita” a nosotros ninguna pega. Nos bebimos el mundo alli mismo y continuamos. Poco después estaba el desvio al complejo de las terrazas, un par de kilómetros de subida fuerte y estabamos a la entrada del parque 2$ por pesona. Seguimos y ya muy cerquita probamos a quedarnos en el campismo del taburete 5 $ pero estaba tan descuidado!!, que nos negamos a quedarnos, sin agua caliente ni jabon. Nada, cucarachas y colchon agujereado. Nos fuimos al rancho donde ibamos a comer pizza y como no habia nos pusimos a comer galletas, sacamos mas fotos en un lago precioso y pedimos una cabaña en San Juan de Baños. Habia que bajar bastante aunque no sabiamos como estaba aquello, nos fuimos hacia alli, de camino vimos el increíble complejo de donde era Polo Montañez, vimos el famoso Hotel Moka y empezamos la tremenda bajada ya exhaustos durante 5 kms. Una vez alli Bego desesperada por la cabañas que nos tocaron, eran una preciosidad pero de paja y según Bego con mucho bicho. Nos limpiaron un baño y nos dieron un ventilador, 11 $ por persona.

Una vez asentados nos fuimos con el custodio Guillermo a un manantial natural a coger agua. De ahí a bañarnos con el mosqueo permanente de Bego. El sitio estaba lleno de cascadas y lagos para bañarse. Nos pasamos alli toda la tarde y noche porque cenamos pollo alli. Después cerraron el complejo, compramos una botella de Ron y nos quedamos a jugar al domino con los custodios, Ariel, el hijo de Guillermo, su mujer, su cuñado y la hija; a esta ultima le regalamos una baraja de cartas para que se entretuviera mientras jugabamos al domino. Hasta las 12 de la noche con un puntillo y la botella vacia. Me duche y nos fuimos a la cabaña. Bego casi ni durmió, enfundada con la camiseta de manga larga en el saco, la mosquitera y deseperada; en el domino los mosquitos nos dejaron los pies de verano casi no dormimos con el tema.

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